28/3/16

Para no seguir dañando ni autodañarse [28-3-16]


Para no seguir dañando ni autodañarse

Tanto el hombre como la mujer deben actuar para terminar con los malos tratos en casa. En Suiza existe asesoría para la víctima de la violencia doméstica y en algunas ciudades también para el agresor, por ejemplo en el Centro de Atención para Hombres Violentos,'StoppMännerGewalt', en Berna.

Un especialista aconseja a aquel que busca un fin a su impulso de golpear en casa, antes de que sea demasiado tarde.

'StoppMännerGewalt' existe desde hace poco más de un lustro en Berna para evitar las agresiones tras los muros del hogar. Se calcula, que la violencia doméstica afecta a una de cada diez mujeres y provoca más de 20 decesos anuales en toda Suiza.

Estas son cifras al aire, pues sobre las agresiones en casa se conoce poco, por pudor, por miedo, por vergüenza...

En Suiza, hay líneas telefónicas de ayuda para las mujeres y casas de acogida. Un esfuerzo que ha costado décadas:

"Hace 40 años, el movimiento feminista hizo público el tema de la violencia domestica en el marco de la lucha por la igualdad de género y de la defensa de los derechos humanos. Denunciaron la violencia contra las mujeres en los hogares y fundaron casas para protegerlas y servicios de asesoría para ellas", explica Heinrich Müller, otrora periodista y hoy implicado a fondo en combatir la violencia doméstica.

Con proteger a la mujer no basta

"En los círculos implicados se comprendió que trabajar también con los hombres agresores era una parte importante del trabajo de prevención de la violencia doméstica", añade el responsable del Centro de Atención para Hombres Violentos en Berna, en una tarea que califica de pionera.

En 5 años y medio ha acompañado a 200 interesados. "No damos terapia, sino consejos, lo que es muy importante señalar. Esta asesoría se realiza con una visión sistemática de la situación del hombre, implicado en una red de relaciones y de obligaciones en las que si él lo considera necesario, las abordamos".

Se trata de una relación de respeto de hombre a hombre, en el que el principio es claro: no a la violencia; y en ese marco se trabaja.

"Este aspecto sustancial lo defendemos con la base de un contacto solidario entre un asesor masculino y un actor violento masculino". Sobre esa base se realiza el acompañamiento y se ofrecen caminos al agresor para terminar con la violencia y definir soluciones para aprender a responder sin golpes ante la tensión.

"Así trabajamos en la protección de la víctima, con el auxilio del actor de la violencia, pues para todos los implicados hay mucho que se destruye con la violencia en el hogar", concluye Heinrich Müller.

Violencia, señal de debilidad

El 80% de los clientes acuden al centro impulsados por familiares, amigos, por la pareja o por decisión propia. El otro 20% es dirigido por los tribunales, por las autoridades titulares o los servicios sociales locales. El trato es individual y la asesoría puede realizarse en uno, cinco o más encuentros.

Los hombres con comportamiento agresivo evalúan por sí mismos, con respaldo de los asesores, el modelo de violencia que repiten, cómo controlar sus impulsos violentos, eventuales salidas de emergencia antes de llegar a los golpes, y se da especial atención a sus necesidades para aprender a disminuir la tensión en sus vidas y reconocer debilidades, frustraciones e hipersensibilidad.

Sobre resultados concretos no hay cifras específicas, pero Heinrich Müller está convencido de que en 'StoppMännerGewalt' se ha ayudado a muchas mujeres, niños y hombres a evitar los golpes en casa.

El papel de la mujer, también debe ser proactivo

En cuanto a la procedencia de los clientes, tampoco hay precisiones para evitar estigmatizaciones y, sobre todo, "porque nuestra función primera es ayudar a cada individuo que acude a nosotros". Incluso se ha ayudado a mujeres violentas.

"La violencia se utiliza como medio sencillo y eficiente para ejercer poder y acallar de inmediato a alguien", explicó uno de los consejeros del Centro a la prensa local. Un recurso, añadió, al que no es fácil desistir, pues la persona que ejerce violencia carece de "importantes mecanismos de control". Muchas de ellas no conocieron límites en su juventud para aprender a confrontarlos. Por ello el alto valor de querer ayudarles a desarrollar esas capacidades.

Sobre el comportamiento del receptor de la violencia, la consejera del Centro de Atención para Mujeres y Parejas Binacionales 'Fabrina', Gudrun Lange, advierte que también en ese ámbito hay que trabajar con las afectadas para abordar cómo viven la violencia y qué quieren hacer al respecto.

"Ver si pueden y quieren un cambio de comportamiento y apoyarse en ayuda del exterior. Una mujer también tiene que cambiar su forma de actuar, pues es frecuente que permanezca en el papel de víctima en la esfera de violencia doméstica", puntualiza Lange.

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