2/7/15

¿Estás al final de una relación? 02-07-15


¿Estás al final de una relación?

Hay problemas que se solucionan sin la ayuda de un profesional. Hay otros más complejos que requieren atención especializada.

La crisis de pareja no es como un raspón en la rodilla, que puede tratar cualquier persona con un poco de desinfectante. La crisis de pareja se parece más al infarto, que amerita la intervención de un especialista.

Con frecuencia, después de mis conferencias, se acercan a mi algunas parejas cuya relación conyugal está en crisis y no saben qué hacer. La mayoría de ellas no saben si se trata de una crisis o si ya la relación llegó a su final.

Cuando la relación deja de aportarles a los esposos lo que propicio la unión (amor, compañía, seguridad, placer sexual, etc.) la crisis conyugal es muy peligrosa y la pareja comienza a preguntarse si ya se llegó al final.

El amor no impide las crisis, pero sí puede convertirse en el principal elemento de apoyo para buscarles una solución a los problemas. La madurez emocional, la habilidad para solucionar conflictos, la existencia de hijos y el tiempo que lleva la pareja conviviendo son algunos de los factores que hemos visto también como propiciadores de la superación de las crisis conyugales.

En una crisis conyugal es útil hacerse algunas preguntas importantes como: ¿Le amo, miramos en la misma dirección, tenemos las mismas metas, siento profundo interés por mi pareja, la deseo, tengo confianza total en el otro y en la propia relación, reflexiono y me comprometo para ver qué puedo aportar a la otra persona y a nuestra relación para mejorarla?

Reconocer si se está atravesando una época con graves dificultades o si la pareja está ante el fin de la relación, es una tarea difícil para los cónyuges, ya que están metidos en un remolino de emociones, sentimientos y sensaciones ambivalentes.

Generalmente en esos momentos resulta difícil serenarse lo suficiente como para hacer una reflexión tranquila que los conduzca a esclarecer en qué punto de la relación se encuentran. No es extraño que se produzcan autoengaños, que surgen como resistencia al cambio, bien sea para replantearse la pareja y seguir adelante con cambios, bien para iniciar definitivamente un proceso de divorcio. Es por eso que la ayuda profesional puede ser muy útil para la pareja en crisis.

A pesar de lo deteriorada que esté una relación conyugal, yo creo que una pareja no debe iniciar un proceso de divorcio sin antes vivir un tratamiento profesional. Una terapia de pareja que les permita tranquilamente mirar las diferentes opciones que la vida les plantea en ese momento.

Hay que visitar primero al terapeuta de familia y luego, si esto no funciona, hablar con el abogado. Cosa que es difícil en los casos de alcoholismo, celos patológicos, violencia doméstica o infidelidad porque generalmente los implicados no desean ayuda profesional. Generalmente en estos casos, la persona ofendida perdona pero al poco tiempo se presenta otra vez el problema.

Yo creo que uno no puede pasarse toda la vida perdonando sin resolver el problema. Si después de 5 ‘perdones’ la persona sigue cometiendo el mismo error queda claro que esa persona no puede superar el problema sin ayuda externa, y entonces el próximo perdón debería estar condicionado al compromiso de iniciar una terapia. Es decir, solo perdonar si la otra persona se compromete a recibir ayuda profesional.

Si la otra persona se niega a recibir terapia de pareja es útil que usted sí busque ayuda profesional porque muchas veces, en un proceso de terapia, la persona más perjudicada por la crisis aprende cómo involucrar al otro en un tratamiento.

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